Sandra Domínguez es profesora de yoga y usuaria del aceite de CBD hakuna Oil. En el Día Mundial del Yoga, conversamos con ella sobre cómo la disciplina milenaria y los productos derivados del cáñamo industrial se confabulan para elevar su cuerpo y su mente. “Donde más mejoras noto es en la ansiedad y en la calma mental”, avanza.
Pregunta. ¿Desde cuándo practicas yoga y cómo ha mejorado tu vida hacerlo?
Respuesta. Practico yoga desde hace 10 años y mi vida ha dado un giro de 180 grados. El cambio se produce poco a poco y, un día, descubres que ya no eres la persona que eras antes de practicar yoga.
P. ¿Y cuándo descubriste el CBD?
R. Lo descubrí por casualidad durante el confinamiento. Ya había oído hablar, pero nunca me había decidido a probarlo o incluirlo en mi vida. Desde entonces, lo uso de manera habitual, aunque no siempre a diario, en su formato de aceite.

P. ¿Y para qué lo usas exactamente?
R. Generalmente, duermo mal. Soy profesora de yoga, emprendedora y, por si fuera poco, sufro ansiedad desde niña. El yoga y la meditación me ayudan mucho en mi vida. Pero, a veces, no lo suficiente. Decidí probar el aceite de CBD hakuna Oil y descubrí que es mi complemento perfecto. En épocas de más estrés o revuelo, lo incorporo a mi rutina, con unas gotas antes de dormir. Y me levanto descansada y activa. Necesitaba descansar mejor, y lo he conseguido.
P. ¿Cómo piensas que interactúa con el yoga?
R. Es un complemento, una herramienta más para un mismo objetivo: sentirme a gusto conmigo misma. El trabajo diario que hago en mi mente es esencial, y creo que, sin eso, el resto tampoco encajaría. Pero cuando se me hace difícil apartar los malos pensamientos, el CBD es mi refuerzo perfecto.
P. Según los estudios, los beneficios comunes del CBD y el yoga son reducir la ansiedad, calmar la mente, rebajar el dolor, aumentar la concentración y regular el sueño. Tú, que complementas ambas rutinas, ¿en cuáles has notado mayores avances?
R. Calmar la mente y reducir la ansiedad. Además del yoga y el complemento extra del CBD, para este fin recomendaría, sobre todo, conocer técnicas y herramientas que pueden aportar profesionales (en mi caso, uso la terapia EDMR con mi psicóloga) para deshacer, como yo digo, los “nudos”. Para calmar la mente, lo más importante es conocerla y trabajarla.
P. Como instructora de yoga, te encontrarás con muchas personas que buscan refugio en esta disciplina. ¿Cuál es la principal motivación que lleva a alguien a iniciarse en el yoga?
R. Existen muchos y diversos motivos. Principalmente, yo me encuentro con personas que se han dado cuenta de que necesitan un cambio en sus vidas, que quieren mejorar como persona. Quieren sentirse bien por dentro y por fuera, y no es un tópico. La práctica de yoga permite sentir esa conexión de cuerpo y mente que no proporciona otra disciplina. También hay personas que se encuentran perdidas, y ha aumentado muchísimo el número de personas que se han iniciado a raíz de la pandemia.

P. Algo similar ocurre con el CBD. Y no es el único parecido. Hace no tanto, hacer yoga era algo excepcional, que sólo hacían unas cuantas personas a las que se consideraba “raritas, hierbas” y cosas por el estilo. Hoy, es una disciplina mainstream de la que se conocen un montón de beneficios. ¿Crees que el uso de cannabis legal está tomando el mismo camino de normalización?
R. Yo creo que sí. Es cierto que el uso de cannabis era de alguna manera un poco tabú, por el desconocimiento sobre sus beneficios. Algunas personas, de hecho, se escandalizaban con sólo la mención del nombre. No obstante, creo que cada vez la gente se informa más y tiene más conocimientos y estamos en el camino de la normalización. Pero aún no se ha alcanzado… Igual que dentro del Yoga todavía hay mucho escéptico que piensa que es algo relacionado con alguna religión o una secta, el mundo natural y esa llamada a volver a nuestra esencia, como ocurre con el cannabis y otros productos que provienen de la madre Tierra, aún es visto con connotaciones negativas.
P. ¿Por qué crees que ocurre eso?
R. Por desconocimiento. Por eso es tan importante la labor de divulgación que hacéis.
P. ¿Te vas a animar a probar otros formatos de CBD?
R. Sí, tengo que probar las cremas cosméticas. Además, quiero decir que mi perrita Adara, con 14 años, también tomó CBD, el aceite NalaTales, mezclado con su comida, en sus últimos meses de vida. Tenía osteoartritits, lo cual le provocaba muchísimos dolores y muchas veces incluso no podía ni levantarse. El CBD le iba súper bien y se notaba muchísimo cambio, en su forma de andar e incluso en su estado de ánimo.
P. ¿Cómo es de importante para ti que tus productos de CBD sean orgánicos y de cultivo español?
R. Es mi forma de entender la vida. Si no respetamos nuestro entorno, estamos perdidos. Procuro que todos los productos que compro sean lo más naturales posible. No es tan difícil y es la mejor aportación que podemos hacer al planeta, de cuya conservación depende nuestra propia existencia.